Leyenda 1: Noche del 16 de Noviembre:
Leyenda de la culebra
de oro
Había un matrimonio campesino que
era muy aficionado a comer camarones, esos riquísimos camarones que tanto
abunda en el rió San Juan que forma el Valle de Chincha. La mujer,
especialmente tenia “antojos” por saborear esta clase de animal de rió y el
esposo, que era muy complaciente en satisfacer los deseos de su señora, no tuvo
más remedio que preparar sus “ichiguas” o “izangas”, (especie de canastas
alargadas que se colocan en el río para atrapar camarones).
Después de haber esperado más de
tres horas, comprobó que en las “ichiguas” habían caído algunos camarones, los
suficientes para preparar un buen cebiche de colitas y un sabroso chupe.
Regresa a su casa y en el camino se le atraviesa una víbora. Coge una piedra y
con gran puntería, aplasta la cabeza de ese repugnante animal. Contempla su
hazaña y con el fin de mostrarle a su esposa la culebra, la recoge y envuelve
en una hoja de papel periódico.Llega a su casa y entrega a su mujer dos
paquetes, uno conteniendo los camarones y el otro la víbora, pero sin acordarse
de contarle lo ocurrido. La señora toma los paquetes y con los camarones se
dedica a preparar los potajes de su predilección guardando el otro envuelto en
la alacena de la cocina. A la hora de la comida, después de haber hecho los
honores a tan suculentos platos y haberlos remojado con una botella de vino
tinto, el esposo pregunto a su mujer por el paquete que contenía la culebra, y
ella le responde que estaba guardado porque tan sólo tenía una varilla de metal
en forma de culebra. El marido, sorprendido, se dirige a la alacena para
cerciorarse de las palabras de su señora y, en efecto, encuentra una varilla de
metal, color amarillo. La culebra se había convertido en oro.Demás está decir
la alegría que experimentaron, porque en esta forma solucionaron, sus problemas
económicos, ya que con la venta del oro compraron una chacrita; que era la
mayor ambición de su vida.
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